Dicen las estadísticas y numerosos estudios sociales que durante el verano es cuando se producen más rupturas entre parejas. A pesar de que todos los años los medios de comunicación se empeñan en recordárnoslo, a muchos nos sigue sorprendiendo.
¿Por qué se producen rupturas durante el momento más esperado y más relajado de todo el año?
Al parecer este fenómeno que no deja a nadie indiferente se produce por un exceso de convivencia. El trabajo, los estudios, la frenética vida cotidiana que llevamos, hacen que las parejas apenas compartan juntos unas horas diarias. Y los fines de semana, la vida social, y las diferentes tareas pendientes, no ayudan a incrementar las horas de ocio conjunto.
Llega el verano y parejas que apenas comparten unas horas sentados en el sofá frente a la televisión, un ebook o dormitando, se encuentran compartiendo las 24 horas del día. Y surgen los conflictos. Y las separaciones. Y el asombro de lo que ni te esperabas.
Mientras que este fenómeno social nos sigue dejando con la boca abierta, no logramos sacar enseñanzas de él. Tal vez el fallo no es la convivencia en sí y la creencia de que no somos compatibles. Tal vez estas rupturas se producen porque simplemente, ya no estamos acostumbrados a compartir nuestro tiempo con otra persona, ni sabemos disfrutar del tiempo libre y del dulce “far niente”. Tal vez estamos tan acostumbrados a correr y a tener la cabeza llena de asuntos urgentes y el smartphone siempre a mano, que en cuanto tenemos a nuestra disposición días para no hacer absolutamente nada, no sabemos relajarnos. Nos aburrimos, y nos ponemos a discutir.
O tal vez, a lo largo del año, nuestra pareja ha evolucionado, ha cambiado y ni siquiera nos hemos dado cuenta, porque nuestro camino ha sido paralelo al suyo. Y en verano, mientras un día tras otro va pasando, la verdad nos estalla en la cara: ya no tenemos nada que ver el uno con el otro.
Sea cual sea el origen del problema, lo cierto es que no podemos dejar nuestra relación sin control alguno. Hay que mimarla y cuidarla. Y sobre todo hemos de esforzarnos en mantener una comunicación fluida con nuestra pareja. Contarnos nuestros problemas y escucharnos, aunque sea tarde y estemos cansados. Septiembre siempre es un mes de reflexión y de nuevos propósitos. Pensemos en ello.
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Mientras tanto, en la Dolce Cita seguimos organizando encuentros entre personas que buscan la amistad, el amor o ambas después del verano. Las citas rápidas de septiembre tienen una nota de color especial, mucha energía y ganas de que todo salga bien. ¡Te esperamos!